domingo, 13 de abril de 2008

Los Presos también se casan en el Registro Civil

Hace pocos días fui a un casamiento en el Registro Civil de la calle Sarandí, cuando estando en la oficina del primer piso, miro hacia la peatonal y se estaba deteniendo una camioneta de la policía, de la que bajan tres uniformados Coraceros con un hombre con sus manos esposadas en su espalda.
Minutos después mientras a mi amigo le tiraban arroz en la puerta del Registro, salen otras personas, que también tiran arroz, pero en este caso al sujeto esposado y en particular a los Coraceros, con un poco de saña.
Ahora yo me pregunto, a diario oímos que hay pocos funcionarios para proteger a los Ciudadanos ante la creciente inseguridad, pero me encuentro ante una escena en la que se destina un vehículo, más tres funcionarios, para que se case un reo.
En que parte de los Derechos Humanos exige que se le permita casar a una persona que se encuentra presa, a mi entender es un derecho que se pierde.
Si a esto le sumamos el tiempo que se invierte de personal policial en encuentros sexuales matrimoniales de los reclusos, más los casos en que ambos integrantes de la pareja están reclusos y hay que trasladar a uno para que visite al otro, disfrutando de un nidito de amor enrejado.
La plata para toda esta movida sale de los impuestos, esos que cada día suben más o se reinventan, o sea los que pagan los Ciudadanos, por recibir cada día menos protección y los niños malos entran y salen, comen, se casan y tienen sexo, ah y las reclusas crían sus niños en la cárcel también.

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