viernes, 4 de septiembre de 2009

Envenenamiento

 
Las noticias de violencia se han convertido en parte de cada día, a veces nos preguntamos que desencadena tanta locura irracional. Esta semana en mi casa nos toco muy profundo, un inicio lleno de amargura, el motivo dos hermanos vecinos de unos 55 años, uno que aparece en escena heredando una casa junto a la mía, el que sin vivir en ella les molesta la presencia de los gatos de su hermano que vive en la siguiente, discute con él y por arte de magia al día siguiente aparecen gatos y una perra envenenados.
Quiso el destino que el primero con signos agudos de envenenamiento fuera nuestro gato siamés, al que se trató enseguida en el veterinario y ni este pensaba que se salvaría, horas después apareció muerta la gata de mis hijas que ya hacía varios años habían asistido a su madre cuando paría tres gatitos y era una gata adorable, madre por naturaleza, sumamente compañera.
La noche fue interminable para el gato, con convulsiones, creo que todos pensamos que si nos dormíamos al despertar estaría muerto, afortunadamente hoy a tres días ya se puede parar un poco, tal vez gracias a Elvis su perro amigo de todas las horas que estuvo en todo momento junto a él, partía el alma ver al gato casi inconsciente, cuando el perro le respiraba cerca, movía su cola, dándonos una esperanza que se salvaría.
Cuando mis hijas enterraron a su gata, dentro de un gran llanto, por el respeto y adoración que le hemos inculcado con sus mascotas de varias especies, la responsabilidad que lleva atenderlos, alimentarlos, limpiarlos, curarlos,  allí recién tal vez uno cae en cuentas lo difícil que resulta a veces mantener la racionalidad.
Asenté la denuncia del episodio en la seccional 15, tal vez para muchos sean simplemente gatos, para nosotros parte de nuestra familia, amigos leales como pocos humanos. El daño irreparable ya está hecho.
 
Liber Trindade 
 
 

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