La odisea de llegar hasta la ciudad de Artigas

Artigas, una muy linda ciudad, que está asentada a más de 140 metros de altura sobre el nivel del mar, que tal vez resulten pocos si la comparamos con la ciudad de Rivera que está a más de 240 metros de altura, pero que igualmente representan grandes elevaciones para nuestra gran llanura.

Llegar a Artigas siempre es una odisea, porque parece ser que nuestro departamento más norteño, no es de los más beneficiados por la caminera que debe llevar adelante el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, por tanto si optamos por ir por la castigada ruta 3, antes de ingresar a la ciudad e Salto, deberemos tomar la ruta 31 que está en muy mal estado, la que hace un tiempo hacia Tacuarembó, era andar a campo abierto, de hecho decía camino natural y era imposible hacer esos 200 km. en menos de 4 horas.

Pero volviendo al camino hacia Artigas, debemos dejar la ruta 31 e ingresar a la ruta 4, en una intersección de rutas nacionales muy mal resulta, ubicada en una curva pronunciada, mal señalizada, sin un diseño que proteja a quien deba cambiar de ruta, un clásico en los encuentros de rutas en nuestro país.

Para volver hacia Montevideo, podemos tomar la otra opción, que es ruta 30, la que también tiene tramos en muy mal estado, lo que es una verdadera lástima en una ruta muy vistosa en la que encontramos el Valle del Lunarejo, luego de sentir la muy linda sensación de recorrer la Bajada de Pena, donde veníamos en una ruta a más de 350 metros de altura y en una par de curvas descendemos más de 120 metros, para continuar hacia ruta 5 a un promedio de 200 metros de altura. Un gran espectáculo que nos regala nuestra naturaleza, mostrándonos todo el esplendor de nuestras sierras y la inmejorable vista de sus valles.

Ojalá en breve se puedan atacar a fondo estas rutas, integrando más a esta linda gente de Artigas, de la que parece que a veces solo nos acordamos de ella en verano, cuando se lleva a cabo uno de los mejores desfiles de carnaval del país.

Liber Trindade