Montevideo, una ciudad que recibe decenas de cruceros al año, observa como a pocas cuadras del arribo de tan distinguidos visitantes, haciendo como de costumbre su intendencia municipal la vista gorda, encontramos en la calle Treinta y Tres y Rincón una vereda que representa un verdadero peligro para los peatones, una tarima destrozada, con pocas tablas que van quedando sueltas, en el mejor escenario para un esguince o alguna fractura de muñeca, los raspones de rodillas se curan rápido..
Liber Trindade
No hay comentarios:
Publicar un comentario